Había una vez un pollito que estaba muy tranquilo, aunque muy afanado, picoteando en el suelo del gallinero tratando de encontrar un gusanito que comerse.
En lo alto, volaba un gavilán que miraba con atención al pollito, con ganas de bajar a buscarlo para comérselo.
En eso pasa una vaca por encima del pollito y le defecó encima, con tanta materia fecal que lo tapó por completo.
El gavilán, por más que miraba con sus ojos de ave rapaz, no veía más al pollito…
En eso, el pollito, desesperado, tratando de salir de aquel maloliente inconveniente, sacó la cabecita y dijo: “Pio”.
El gavilán, que estaba muy pendiente, logró ver de nuevo al pollito, se lanzó en picada, agarró al pollito con sus garras, se alejó volando, y se lo comió. Aunque le supo muy mal…
Moralejas (que tiene muchas):
a. No todo el que echa mierda es tu enemigo.
b. No todo el que te saca de la mierda es tu amigo.
c. Cuando estés en la mierda no digas ni pío.
d. Los pollitos llenos de mierda saben muy mal, por más hambre que tengas.
e. Las vacas van por ahí sin fijarse en los pollitos.
f. Aunque estés ocupado buscando gusanitos en el suelo, no dejes de mirar el cielo.
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