Había una vez un pulpo que era totalmente normal en lo que se refiere al número de patas, o tentáculos que tenía, es decir: ocho (8).
En lo que se alejaba de lo normal ere que en su fantasía a veces se imaginaba que era un ser humano. Cuando estaba en esa se veía nadando por la superficie del mar, tomando sol en la playa o caminando por el malecón…pero.
Pero, se le enredaban los tentáculos, pues es sabido que los seres humanos, en general, son capaces de manejar:
• 10 dedos,
• 2 brazos
• 2 piernas
• 1 cabeza
• 2 nalgas
• etc
Pero 8 patas no…
Por eso, el pulpo se enredaba en su humanidad imaginaria y decidía dejarse de eso.
Regresaba a su pulpitud, se desenredaba y seguía su camino (es un decir) hasta una nueva sesión de imaginación.
viernes, 4 de diciembre de 2009
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